Aquella urbanidad Página 19
Urbanidad y buenas maneras de épocas pasadas
A lo largo de toda la historia distintos autores, articulistas y personajes anónimos han hecho referencia, de una manera directa o indirecta, a temas sobre cuestiones de educación, buenas maneras, cortesía...
Todos los artículos de Aquella urbanidad
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Los hombres se sirvieron de ellas a fin de comunicar sus pensamientos a los ausentes.
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En el juego o diversión, es donde el hombre manifiesta su buena o mala educación.
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En la mesa se deben observar una infinidad de reglas para evitar toda grosería y falta de buena crianza.
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Cómo se ha de conformar el niño con las circunstancias de lugar, tiempo y personas.
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La conversación ha de ser libre y alegre sin disolución, ni ligereza; dulce y agradable sin estudio, ni lisonja, y proporcionada a las personas con quien se habla.
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En llegando a la escuela, hará cuenta, que entra en la casa de la persona más respetable, por consiguiente, tendrá el debido respeto a este lugar y al maestro.
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Para tratar con los superiores y aun para con los iguales, debe el niño llevar la regla de no pronunciar palabra que cause disgusto...
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Nunca hará burla, ni con palabras, ni con gestos ridículos de los ausentes, y menos de los presentes.
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El niño mirará siempre con horror tod acción o palabra, que de a entender desobediencia, desprecio, burla o poca atención a sus padres.
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La cartas de recomendación y su redacción.
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La correespondencia de los negocios mercantiles debe ser clara, concisa y terminante.
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La primera cosa que se debe recomendar al que va a escribir una carta es la prudencia en lo que escribe.
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El sobrescrito contiene el nombre de la persona a quien se escribe, su morada y aun su profesión.
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Hay muchos modos de doblar las cartas; el más sencillo es el mejor. Se dobla el papel a la larga.
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La conclusión de una carta familiar era en otro tiempo un negocio de importancia; hoy se pone menos cuidado, y con mucha razón.
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Antiguamente se dejaba siempre una márgen de dos o tres dedos; pero en el día solo se conserva esta cortesía con las personas superiores...
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Estamos obligados a sentimientos piadosos y a modales benévolos con todos.
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Todo cuanto aprendas procura aprenderlo con cuanta más profundidad te sea posible. Los estudios superficiales producen casi siempre hombres medianos y presuntuosos.
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Debemos benevolencia a todos los mortales; pero no debemos elevar la benevolencia al grado de amistad sino respecto de aquellos que merezcan ser estimados por nosotros.
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Pon todo tu esmero en procurar que el amor, que debes a tus semejantes, comience en ti a efectuarse con toda perfección...
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Se llama inscripción el título que se da a los sujetos a quienes se escribe, y se pone al principio de la carta.
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La fecha contiene el lugar desde donde se escribe el día, el mes y el año.
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Un tratado sobre el estilo epistolar, que servirá de ayuda a las gentes con el fin de aprender a ordenar y expresar sus ideas.
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Apenas se abre a la idea del deber la inteligencia del niño, cuando ya le grita la naturaleza: "Ama a tus padres".
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Sin fuerza de alma ninguna virtud se adquiere, ningún alto deber se cumple.
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Sucede con los vestidos lo que con las demás cosas: la buena colocación y la limpieza son las principales condiciones de su conservación.