
El paseo y las reglas de cortesía.
El paseo y el andar por la calle debe hacerse de una forma prudente y respetuosa.
El paseo y las reglas de cortesía.
Tan mal visto es el paseo apresurado, como el pesado, artificioso y femenil. Menear el cuerpo, echarle hacia un lado, arrastrar los pies, o ir demasiadamente erguido y, como se suele, decir, espetado, es una ridicula quijotería que manifiesta la vanidad del sujeto y la ligereza de su cabeza.
Cuando se entre en algún jardín o casa digna de verse, será descortesía manosear los muebles y alhajas , o arrancar los frutos y flores sin expreso mandato de sus dueños.
Jamás se parará el niño yendo con personas de distinción, sino cuando ellas se paren; tampoco irá adelante, ni igual a ellas, sino un poco detrás; no dará la vuelta el primero ni aun entre iguales, y cuando la diere que sea de modo que no les vuelva la espalda. Si entre iguales pasearen tres juntos, al volver ocupará el medio quien iba a la derecha del que le deja; si cuatro, los dos de afuera entrarán dentro sin volver a nadie la espalda. Este mismo orden seguirán cuando paseen por la calle si hubiesen de dar vuelta; pero si fuesen tres de diverso respeto ocupará, desde luego, el medio el más digno hasta tomar la vuelta, en cuya ocasión se le dará la acera, y entrará en su lugar la persona respetable que se la siga y debía ir antes por ella.
El correr o pararse a hablar con inferiores en la calle, dejando solo al mayor esperando, es impolítica; también lo es, cruzar los pies estando parado, o abrirse de piernas a lo fanfarrón.
Llevar la vista por todas partes con demasiada curiosidad, admirarse y hacer aspamientos de cualquiera cosa, es ligereza y sandez. Y no lo es menos ir mirándose a los zapatos; limpiarlos en medio del paseo; sacar sin necesidad el pañuelo para sonarse; restregarle por la cara y narices; ir enlazado por los brazos con otro a modo de asnos de recua, y cantando o riendo descompasadamente.
Huya siempre el niño, por más que le digan, de estas vanas exterioridades, y persuádase a que la política es tan moderada que nunca ha necesitado alimentarse de ridiculeces.
-
16438
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Si una persona de poco tacto llegare a ponernos en el caso de dirigir la palabra a otra con la cual estemos mal avenidos, hagámoslo de una manera cortés y afable
-
Sea que estemos en pie, sentados o andando, debemos tener siempre el cuerpo recto, sobre todo la cabeza derecha
-
Al dirigirnos a una persona de respeto o con la cual no tenemos mucha familiaridad, en vez del ponombre "yo" se dice un "servidor de Vd."
-
CAP.06. La comida de Don Quijote en casa de los Duques (cuento de Sancho Panza).
-
En una conversación hay personas que pueden hablar de muchas cosas porque su nivel cultural se lo permite.
-
Las señoritas de honor se ponen de acuerdo para vestir todas de un mismo color, con sombreros iguales o con mantillas blancas.
-
Lo que voy a enseñaros es el arte de haceros agradables a todos. Para esto es preciso observar una conducta relativa a la edad de cada uno, a la condición y rango que se tiene en la sociedad, y según las personas con quienes se trata.
-
El respeto es la base fundamental de la relación con los padres, amén del cariño y la obediencia.
-
Expresiones proverbiales y dichos comunes son las flores de la retórica usadas por un hombre vulgar.
-
Dentro del seno familiar la figura de los padres representa la mayor autoridad y se les debe un respeto
-
La cortesía prohibe hacer revivir o echar en cara a otro los vicios que un largo arrepentimiento ha borrado.
-
Cuando se va al teatro con señoras, uno de los caballeros que las acompañan debe adelantarse a tomar los billetes a la entrada.