
Cómo enseñar etiqueta a los niños. Los buenos modales pueden marcar la diferencia
Todo el mundo aprecia un niño con buenos modales. Saber comportarse bien en cualquier lugar y contexto es una cuestión muy importante que todos los padres deberían tomarse muy en serio
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Los buenos modales pueden ser lo que marque la diferencia entre el éxito y el fracaso en el futuro
Enseñar buenos modales a los niños puede resultar una tarea un poco frustrante. Insistimos, insistimos, pero parece que no aprenden nada. No es así. Siempre va quedando algo en sus cabecitas que les será de gran utilidad toda su vida. Solo hay que ser un poco tenaces y pacientes. No caigamos en el desánimo.
A los niños, aunque sean pequeños, tenemos que hacerles ver, poco a poco, la importancia que tiene la buena educación en la sociedad y cómo los buenos modales pueden ayudarles a relacionarse mejor con los demás. También tener buenos modales les van a servir para progresar en sus carreras profesionales y en sus relaciones personales. Debemos enseñarles que tener buenos modales es una muestra de que respetamos a los demás. Y el respeto, es la base de la convivencia, tanto en sociedad como en pareja o familia.
¿Por dónde empezar? Por lo más básico
Vamos a empezar por algunas palabras mágicas que le abrirán muchas puertas y muchos corazones. Porque las personas bien educadas también conquistan a la gente que aprecia las buenas maneras.
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Gracias.
Es la palabra que expresa gratitud. Una palabra que nunca decimos demasiado. Es mejor abusar de ella que ser parcos en su utilización. Es una de las palabras más poderosas que podemos utilizar para casi todas las acciones de nuestro día a día. Cuando damos las gracias hacemos que las personas que las reciben se sientan bien.
La contestación habitual para esta palabra es "de nada", "no hay de qué" o bien "no hay por qué darlas". Reconocemos el agradecimiento de la otra persona cuando nos da las gracias por algo.
Por favor.
Pedir de forma educada alguna cosa debería llevar siempre un "por favor" antes. No cuesta nada y aporta amabilidad a cualquier petición. No es lo mismo decir:
"¿Me pone un café con leche?", que "Por favor, ¿me pone un café con leche? ¡Cómo cambia la pregunta!
Lo siento o disculpe.
Todos cometemos errores. Pero no todo el mundo pide disculpas por ellos. A diario, sobre todo en las grandes ciudades, es posible que tropecemos con alguien en el metro o en el autobús; o bien, cuando hacemos la compra en un supermercado; o en la cola de un cine o una oficina; o golpeamos con unas bolsas o con el paraguas a otra persona, etcétera. ¿Cuántas personas piden perdón o disculpas? Por desgracia, no tantas como desearíamos. Es bastante habitual que te golpeen o 'atropellen' con el carrito del supermercado y en vez de pedir disculpas, se hagan los desentendidos y miren para otro lado. Con lo poco que cuesta decir "lo siento mucho", "perdón", "lo lamento".
Permiso.
Es, posiblemente, una de las palabras más olvidadas en nuestro día a día. Muchas personas entran en despachos, oficinas, habitaciones de una casa, etcétera, sin solicitar el permiso pertinente. El permiso es una 'autorización' para poder entrar en un determinado espacio. No se puede 'invadir' el espacio de una persona sin el correspondiente permiso. Es una falta de educación y de respeto.
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Los niños deben aprender que las reglas de etiqueta se refieren a las normas sociales y al comportamiento que se considera apropiado en diferentes situaciones y contextos. Aunque pueden parecer reglas superficiales o innecesarias en la era digital, las reglas de etiqueta siguen siendo una parte importante de la vida de las personas. Porque además de las palabras de las que hemos hablado anteriormente, hay muchas otras reglas que poco a poco deben ir conociendo tales como:
- Presentarse adecuadamente.
- Saludar de forma apropiada.
- Hablar de forma correcta con un tono y volumen de voz adecuados.
- Tener gestos de cortesía con los demás como abrir una puerta, ceder el paso, ceder un asiento, etcétera.
-Comportarse de forma educada en muchos contextos.
- Ser agradecido.
Etcétera, etcétera. La lista sería interminable.
Resumiendo, hay muchas razones por las que tener buenos modales es importante. Ser considerado, amable y cortés con los demás, puede ayudar a los más pequeños a 'luchar' con más 'armas' en un mundo cada vez más globalizado y competitivo. Los buenos modales pueden marcar esa diferencia que les haga ganar más puntos.
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