
Un niño con buenos modales. De tres a seis años
Un niño con buenos modales es aceptado con gusto en todas partes. Los padres pueden enseñarlos a sus hijos a través de su ejemplo
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Enseñar las normas de comportamiento más básicas y elementales
En esta etapa de su vida es más fácil enseñarle buenos modales o quizá simplemente sea consciente de lo que le hemos venido enseñando desde pequeñito.
Ahora ya puede ponerse en "los zapatos de los demás". Te puede entender perfectamente cuando le dice una señora en el supermercado: "Oiga señora, por qué está tan gordota". y tu le explicas que eso no se le dice a una persona, porque la hacemos sentir mal; debemos hacerle ver cómo se sentiría él si alguien le dijera algo que los lastimara u ofendiera.
Lo más probable es que no vuelva a decir eso a nadie, sin embargo, no podemos asegurar que le pregunte a un señor por qué está tan pelón -calvo-, pues durante todos estos años va a seguir necesitando nuestra guía y consejos.
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Es lógico que el niño sea más comprensivo al respecto, pues ha madurado en su capacidad intelectual, en sus emociones y en su sociabilización.
Los niños -y los no tan niños- deben aprender la diferencia que existe entre ser sincero y ser impertinente. No se puede confundir la naturalidad y la sinceridad con molestar o la falta de tacto para decir ciertas cosas.
Los padres juegan un papel muy importante, dando un buen ejemplo, y siendo coherentes con lo que 'predican'. No se puede decir una cosa y hacer otra muy distinta.
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