Cómo educar a un caballero.
Los niños siempre nos están observando. Si nosotros nos comportamos correctamente, ellos nos van a imitar y, de esta forma, van a estar bien educados.
Cuántas clases toman los niños de hoy! Todavía no han nacido y las afanadas mamás ya estimulan al bebé de todas las maneras posibles: le ponen música de Mozart, le dan masajes y hasta ¡clases de inglés! Antes de que se pueda poner en pie, la criatura ya va a estimulación temprana y ve películas especiales para reforzar sus sentidos e inteligencia. Más grandes, los niños se levantan de la mesa, con el bocado en la boca, para ir a doscientas clases por la tarde. ¡Qué maravilla que sean tan activos!
Sin embargo, en este afán de llevar a nuestros hijos a la estratosfera, los papás, podemos dejar a un lado la transmisión de los pequeños detalles de cortesía y buenas maneras que les abrirán más puertas que todas las clases de futbol, karate, baile, pintura o computación juntas. Pienso que sería bueno refrescar algunas sutilezas y recordar: los niños siempre, siempre, nos están observando. Si nosotros nos comportamos correctamente, ellos nos van a imitar y, de esta forma, van a estar bien educados y, en cualquier lado, van a ser bien recibidos.
Para los papás:
1. Que tus hijos vean que siempre usas las palabras mágicas, Por favor y Gracias, aun para regañarlos: por favor, no dejes tus zapatos en medio de la sala.
2. Escucha lo que tu hijo te tiene que decir, aunque antes ya te lo haya repetido mil veces.
3. Cuando te cuente interminablemente su película favorita y por alguna razón tienes que interrumpirlo, discúlpate.
4. Regáñalo en privado, nunca frente a los demás.
5. Cuando te enojes, evita gritar y salirte de control. Si lo haces, ofrece una disculpa.
6. Procura nunca discutir con tu pareja frente a ellos y, sobre todo, evita usar groserías.
7. No le pegues a tu hijo porque le pega a otros niños.
8. Admite cuando te equivocas.
9. Acepta una disculpa rápidamente.
10. Hazle saber a tu hijo, de manera suave pero firme, cuando no es una discusión sino una decisión.
11. Las palabras pueden herir mucho, no las uses como armas.
12. Enséñale que está bien no estar de acuerdo en todo.
13. Detén la puerta.
14. Siempre que se necesite, ofrece una mano para ayudar.
15. Desde que son pequeños, toca la puerta de su cuarto o baño antes de entrar.
16. Sé generoso con los halagos y evita la crítica.
17. Sé consistente.
18. Deja el lugar más limpio de como lo encontraste.
19. Frente a otros, siempre presenta a tus hijos.
20. Recoge a tus hijos a la hora que quedaste.
21. Aunque tengas posibilidades, sé austero con el dinero que le das.
22. Apaga la tele mientras comen o meriendan.
Sabrás que estás educando a un caballero cuando:
1. Aunque sea bebé y todavía no hable bien, sabe la diferencia entre exigir y pedir. Y cuando ya son más grandecitos dicen: Sí, por favor; No, gracias; o ¿Mande? en lugar de ¿Qué? Sí, mamá, en lugar de Sí. Cuando lo haga, refuérzalo para que lo convierta en hábito.
2. Cuando son niños, e inesperadamente se les sale un eructo frente a los demás, por lo general los adultos nos reímos o de alguna manera lo festejamos. Sin embargo, es mejor irles enseñando que se espera una disculpa o un Perdón porque en un niño de cuatro años es gracioso, pero en uno de diez, ya no.
3. Es claro que a ningún niño le gusta saludar. Menos a las tías que nunca ve o a los señores que, desde su mundo, se ven feos. Sin embargo, de chiquitos se espera que, por lo menos, sonrían y digan un tímido hola a todos. Cuando ya entran a primaria, se espera que saluden a cada una de las personas que sus papás saludan. Y en los adolescentes es obligatorio que saluden con un Mucho gusto, viendo a los ojos y con tono muscular firme.
4. Cuando acompaña a su mamá a comprarse un vestido, no se asoma por debajo de los vestidores para espiar a otra clienta.
5. En la sala de espera, ocupa sólo una silla cerca de sus papás y si llega un mayor, y ya no hay lugar, se sienta en el suelo.
6. Un niño educado tira el papelito del chicle o el kleenex en la basura o cenicero.
7. Cuando va al baño, levanta la tapa y después se lava las manos.
8. Cuando abre un regalo, no dice Ya lo tengo.
9. Cuando se sienta a la mesa, está limpio y mantiene las cuatro patas de la silla en el suelo.
10. En lugares públicos, le quita el ruido a su juguetito electrónico.
11. Cuando contesta el teléfono no grita ¡MAMÁAA! en la bocina. Todos los papás fallamos de vez en cuando, y los niños son niños. Pero recuerdo una tía que me decía "Si no los educas, luego los padeces". Así, además de darles tantas clases, no olvidemos darles ejemplos cotidianos de respeto, consideración, generosidad y comprensión. Éste es el legado más profundo y duradero que podemos dejarles. ¿No crees?
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