Aquella urbanidad Página 35
Urbanidad y buenas maneras de épocas pasadas
A lo largo de toda la historia distintos autores, articulistas y personajes anónimos han hecho referencia, de una manera directa o indirecta, a temas sobre cuestiones de educación, buenas maneras, cortesía...
Todos los artículos de Aquella urbanidad
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Los puntos principales de los artículos sobre el tiempo, la vanidad y la virtud.
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Manual completo de urbanidad, cortesía y buen tono. Con la reglas, aplicaciones y ejemplos del arte de presentarse y conducirse en toda clase de reuniones y visitas.
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En la conversación tendrá mucha ventaja el que hable con propiedad y corrección, y el que haya adquirido una habitual y fluida elocuencia sobre aquellos que no hablen adecuada y elegantemente
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Hay hombres instruidos que hacen vanidad de su saber, hablando siempre en tono magistral, y decidiendo sin apelación.
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La misma vanidad que nos deslumbra y arrastra a mil extravagancias, y aun locuras, es la que destruye y disuelve el logro de nuestras mismas ideas.
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El placer es el escollo contra el cual se estrellan los jóvenes, porque se dejan ir a toda vela con dirección a él, pero sin aguja para dirigir su rumbo.
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Las preocupaciones locales prevalecen solo entre el común de las gentes, y no imponen a los espíritus formados y reflexivos.
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Al hombre que se desvía de la senda, hacia el uno o el otro lado, nos manda la caridad que procuremos ponerle en el camino recto con persuasiones.
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El tiempo es tan precioso, y la vida es tan corta que no debe perderse ni un momento.
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El conocimiento del mundo solo se puede adquirir en medio del mundo, y por ningún método dentro del gabinete.
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La naturaleza humana es la misma en todo el mundo; pero sus operaciones varían tanto según la educación y según la costumbre.
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Debes adquirir indefectiblemente una serenidad de ánimo y una frescura de sangre que te haga ser dueño de tu genio y temperamento.
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La religión es uno de los puntos más generales de conversación, y también más murmurado.
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La dignidad en los modales son la prueba de la buena crianza, porque tanto se falta a ella por carta de más, como por carta de menos.
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Cuando tengas autoridad o derecho para mandar a otros hombres y verás que las órdenes que expidieres con señorío y dulzura al mismo tiempo serán con agrado y aplauso recibidas.
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Es muy difícil fijar el punto de economía; pero entre los dos vicios, el de la frugalidad, puede corregirse, y el de la prodigalidad, suele no tener ya remedio.
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Regularmente el hombre se distrae por afectación o por frialdad, y así es fastidiosísimo para el trato.
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Los conocimientos materiales e individuales de las cosas, esto es, el conocimiento del mundo, no podrás adquirirlo sin una grande y continua atención
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Nunca hables contra todos los sujetos de una clase o especie, porque te puedes atraer un gran número de enemigos.
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El referir casos o contar cuentos, debe ser muy rara vez, y solo cuando vengan muy al caso advirtiendo que sean cortos.
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Dotado de tan recomendables prendas, y tan admirables cualidades, ninguno era más a propósito para dictar un sistema de buena crianza.
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Ofendemos a otro, en la persona matándole, hiriéndole, maltratándole, tratádole con desprecio o insolencia, molestándole o inquietándole de cualquier manera.
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Hay que tratar de comer solamente lo necesario y mantener el cuerpo ágil y robusto practicando de forma regular ejercicio.
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La felicidad en este mundo no consiste en poseer muchas riquezas y honores, sino en tener el corazón sosegado y contento.
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El decoro no admite medio término entre nuestras acciones y el modo de practicarlas.
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Debemos respetar a nuestros semejantes, y evitar que exista cualquier tipo de enemistad o rencor.