
Las propinas y sus orígenes. ¿Qué hay detrás de una propina? (con vídeo)
Dejar una propina es una costumbre bastante extendida en muchos países del mundo, pero no es algo universal
Joe Shlabotnik
Las propinas en el mundo
En inglés a la propina se la conoce con la palabra "tip". No hay un claro origen sobre el término, pero uno de los más conocidos es aquel que se atribuye a las primeras letras de las palabras que componen la expresión "To Insure Promptness" (para asegurarse la rapidez, o para tener un servicio eficaz). Con ese espíritu parece ser que nace la propina. Alguien que da una pequeña cantidad de dinero para ser atendido de una forma más eficaz.
La propina es una costumbre bastante extendida en muchos países del mundo, pero no es algo universal. Realmente, a muchos turistas y extranjeros les cuesta asimilar esta cultura de la propina que es utilizada en gran cantidad de países del mundo.
Siempre surge la duda sobre cuándo y cuánto dar. Hay incluso guías de hoteles y de viajes que incluyen este tipo de información en sus páginas, para que a los turistas no les sorprenda una propina añadida en la cuenta de un restaurante, por poner un ejemplo.
En sus inicios la propina era un mero complemento a sueldos bajos (no decimos que los de ahora sean altos) y condiciones de trabajo muy distintas a las actuales. Hoy en día, aunque para quien la recibe sigue siendo un buen complemento a su sueldo, la propina es un mero gesto de reconocimiento.
La propina y su etiqueta. Es hora de propinas
Dependiendo del servicio solicitado y obtenido, la propina puede ser un reconocimiento a un buen servicio prestado, pero también puede llegar a ser un pequeño soborno para obtener un determinado fin -obtener una buena mesa, un servicio fuera de hora, etcétera-.
Si el servicio es prestado durante un determinado tiempo, la propina puede darse al final de este tiempo. Por ejemplo. Si permanecemos en un hotel varios días, no damos todos los días la propina a la persona que nos limpia su habitación, o al portero que nos abre la puerta. Esperamos al final de la estancia y el día de nuestra partida suele ser cuando les damos un importe determinado por los servicios prestados durante esos días.
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No se suele hacer así con el mozo que nos ayuda con las maletas o el camarero que nos trae algo a nuestra habitación, a los cuales se les da la propina en ese mismo momento, pues puede que no los vuelva a ver o bien puede que no solicite de nuevo sus servicios.
No obstante, cuando queremos obtener un "mejor servicio" durante nuestra estancia, podemos optar por dar la propina a otras personas para que "esmeren" las atenciones con nosotros. Por ejemplo, para que el portero nos consiga rápidamente un taxi o un paraguas, para que el personal de limpieza deje nuestra habitación la última en limpiar (y nos deje dormir un poco más), etcétera.
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