
Vacaciones de crucero. Los buenos modales no los deje de vacaciones
Un barco tiene sus propias normas o reglas de etiqueta que deben tenerse en cuenta durante todo el viaje
Savannah Grandfather
Viajar en un barco. Vacaciones a bordo de un crucero
Reglas de etiqueta para pasar unos días en un crucero
Disfrutar de un crucero es una forma estupenda de pasar unos días de vacaciones. Navegar en un barco que surca los mares tranquilamente, ver las puestas de sol, el amanecer, etcétera, en distintas partes del mundo es una experiencia única. Pero como en otros lugares, un barco tiene sus propias normas o reglas de etiqueta.
Un barco -cuando es de gran tamaño- es como una pequeña ciudad, con sus tiendas, sus bares, sus instalaciones comunes (piscina, mini-golf, etcétera), sus casas (camarotes), sus empleados, etcétera. Hay que tener en cuenta ciertas normas de comportamiento y conducta social que hagan más agradable la convivencia de todas las personas que viven en el barco.
Una vez solventados todos los trámites previos, como la documentación -billetes de embarque, pasaporte, etcétera-, la preparación de las maletas, etcétera y efectuado el check-in ya estamos en el barco. Ahora, a disfrutar, pero cumpliendo algunas reglas.
Un gran barco, una 'pequeña ciudad'
Al igual que en una ciudad se guardan unas normas de comportamiento y urbanidad, en un crucero hay que tener ciertas reglas o normas muy en cuenta por las reducidas dimensiones, respecto a una ciudad, aunque haya barcos realmente enormes en cuanto a proporciones.
Pautas de comportamiento para disfrutar de un crucero
Las principales normas, reglas o pautas a tener en cuenta se pueden resumir en estos puntos:
1. Educación general. Al igual que ocurre en la escalera de su casa, en una oficina o en cualquier otro lugar es correcto saludar a cualquier persona que se encuentre en un pasillo del barco, en el ascensor o en cualquier otra dependencia.
2. Prudencia. Un barco lleva cientos de pasajeros que no pueden comportarse de forma maleducada. Ni dando portazos, ni taconeando por los pasillos a altas horas de la madrugada, ni gritando o hablando muy alto en su camarote-habitación o en otras dependencias del barco, etcétera. Hay que tener un comportamiento prudente y respetuoso con los demás pasajeros y empleados del barco.
3. Vestuario. Debe vestir de forma adecuada en cada una de las distintas instalaciones del barco -puede que el propio reglamento del barco tenga ciertas disposiciones a este respecto-. No es lo mismo estar en la piscina del barco que en el restaurante. En muchos cruceros, las propias normas del barco suelen ser bastante estrictas a este respecto. No le permitirán entrar en bañador al restaurante, a muchas tiendas, etcétera. Además, hay que contar con que en los cruceros, sobre todo cuando son internacionales, hay gentes de muchos países distintos y puede haber algún problema con sus creencias o las suyas.
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4. Moderación. Hay que ser moderado con los gastos -compras en tiendas, casinos, restaurantes...- para no quedarse sin dinero a media travesía. La moderación también hay que llevarla al campo de los alimentos y las bebidas -aunque vaya en un viaje con 'todo incluido', no es cuestión de abusar-. Un abuso en el consumo de bebidas alcohólicas suele acarrear muchos problemas al pasaje y a los propios empleados del barco. Es muy desagradable tener que avisar al personal de a bordo, para que le quiten un borracho de encima o le llamen la atención por el alboroto, escándalo o desorden que puede cometer en el bar, restaurante, casino o cualquier otra instalación del barco.
5. Discreción. Si usted no se encuentra satisfecho con algunos detalles de sus vacaciones o no son lo que esperaba haga la reclamación pertinente en el departamento correspondiente, pero no estropee las vacaciones al resto del pasaje con quejas públicas y comportamientos reprobables. La compañía con la que ha contratado el crucero tendrá un servicio de atención al cliente que le podrá ayudar.
6. Propinas. En muchos casos las propias agencias de viajes o agentes turísticos informan sobre el tema de las propinas a bordo. E incluso, en el propio barco puede que se lo indiquen a su llegada cuando le ofrecen un folleto o le informan de forma verbal. Si no es así, usted mismo es quien debe valorar el trato y servicio recibido y dar un importe que considere justo, como propina.
7. Conversación. Si entabla una conversación con otros pasajeros del barco hable de temas generales evitando la política, el deporte, la religión y cualquier otro tema que pueda dar lugar a polémica o discusión. Tampoco es bueno que hable o presuma sobre lo que tiene, sobre todo en cuanto a joyas y dinero, pues puede ser muy perjudicial para su seguridad. No hable de usted mismo, sino para presentarse y poco más.
8. Paciencia y respeto. En algunos cruceros, hay gran cantidad de pasajeros que solicitan ciertos servicios a un mismo tiempo. No debe impacientarse si la atención no es inmediata. Tenga en cuenta que no se puede multiplicar el personal de un plumazo. Haya poca o mucha gente debe tratar a todos los empleados con respeto. Tampoco se impaciente cuando quiera utilizar algunos elementos públicos como los ascensores, aparatos del gimnasio, canchas, etc.
9. Puntualidad. Si acude a eventos, actos o representaciones debe ser puntual, para no molestar a las personas que si lo han sido. Incluso es posible que se pierda el espectáculo o parte de él, pues es posible que le hagan esperar hasta que haya una pausa o intermedio. Si ha salido del barco por una excursión o día libre, también hay que ser puntuales. El crucero no va esperar por usted y se puede quedar en tierra.
10. Obediente. Hay que respetar todas las normas del barco en cuanto al uso de instalaciones, vestuario exigido para distintas zonas, salidas del barco en los puertos de atraque, horarios de los distintos servicios y establecimientos, etc. Hay que facilitar la convivencia de todos los pasajeros del barco entre sí y sus relaciones con los empleados del barco.
Resumiendo, usted convive unos cuantos días con otras personas -pasajeros y empleados- y debe comportarse de forma correcta tal y como cualquier persona bien educada haría en cualquier otro lugar o situación.
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