Normas para comportarse bien en la boda de un futuro rey.
Los asistentes al enlace deben llevar bien aprendida la lección y no olvidarse de ninguno de los puntos: ¿Cómo hay que ir vestido? ¿Cómo se saluda? ¿A qué hora hay que estar en la Iglesia?
Normas para no hacer el rídículo en la boda de un futuro rey.
No todos los días se casa un futuro rey. La boda del príncipe Guillermo de Inglaterra con Kate Middleton será el evento del año y todos los detalles deben estar a la altura. Los asistentes al enlace deben llevar bien aprendida la lección y no olvidarse de ninguno de los puntos: ¿Cómo hay que ir vestido? ¿Cómo se saluda? ¿A qué hora hay que estar en la Iglesia?
Para despejar todas estas dudas y orientar a los invitados más despistados, todos recibirán una lista detallada de las normas a seguir ese día.
Desde el palacio de St. Jamesaseguran que en la abadía de Westminster se mezclarán miembros de la realeza europea, personal militar, trabajadores de la caridad, diplomáticos y amigos de la pareja. Algunos de los asistentes han nacido en el seno de familias acomodadas que enseñan a sus hijos, casi desde la cuna, cómo comportarse en este tipo de actos. Otros, sin embargo, necesitarán un poco de orientación para no saltarse el rígido protocolo.
La primera regla y fundamental: no llegar tarde. "La reina será la última persona en entrar en la iglesia". Detrás de ella sólo llegarán la novia y su séquito, según la experta en eventos Sarah Hayward. "En la mayoría de las bodas se pide a los invitados que lleguen con 20 minutos de antelación, pero al tratarse de una boda real a la que acuden personalidades muy importantes de todo el mundo, se exige que lleguen mucho antes".
Segunda norma: vestir de forma apropiada.
El vestuario es también un punto a tener en cuenta. Las mujeres deberán llevar vestido, no demasiado corto y en cualquier color, menos el blanco. Se prevé, además, que una gran parte de las británicas completen su 'look' con un sombrero o un tocado llamativo, aunque hay que saber dónde está el límite. "Hay que evitar llamar la atención", asegura Hayward. "Es el día de la novia", sentencia.
En el lado masculino, los hombres que pertenezcan a las fuerzas armadas deberán llevar uniforme militar. A los civiles se les exige llevar traje, chaqué, fraco un atuendo formal. Es imprescindible el sombrero de copa, si bien no tendrán que llevarlo puesto en el interior del templo.
"Las parejas deben ir conjuntadas, no como si fueran cada uno de ellos a un acto diferente"
Pero la vestimenta en este día es también cosa de dos y por eso las parejas deberán asistir conjuntadas. "A menudo se puede ver a una pareja en la que cada uno de los miembros va vestido como si fueran a actos diferentes", asegura William Hanson, un experto en protocolo. "Uno de los dos va vestido con algo parecido a un pijama y el otro de etiqueta. No se pide que vayan conjuntados en color, pero sí que sus atuendos vayan en concordancia", explica.
Internet no está invitado.
Por motivos de seguridad, se pedirá a los invitados que ese día dejen sus teléfonos móviles fuera de la abadía, aunque los que no lo hagan, tendrán que asegurarse de que los impertinentes 'politonos' no se escuchen en ningún momento de la ceremonia.
Además de los teléfonos, tampoco Twitter o Facebook están convidados. El código de buenas maneras no contempla en ninguno de sus preceptos la actualización del estado en las redes sociales, por mucho que la boda real suponga una jugosa ocasión para comentar vestidos, anécdotas o gestos.
" Es un acto privado y se consideraría abusar de la posición de invitado el hecho de hacer fotografías o escribir 'tuits' durante la ceremonia o en cualquier otro momento del día", asegura Hanson.
Tras la ceremonia religiosa, unos 600 invitados acudirán a una recepción en Buckingham Palace, donde podrán disfrutar de la comida y la bebida preparada para la ocasión. Sobre este punto, Hanson recomienda aceptar las ofertas de los camareros de forma educada, lo cual no significa engullir todo lo que contengan las bandejas.
Hay que tomar la bebida lentamente y a sorbos y sobre todo, "hay que ser conscientes del alcohol que se ingiere", cuenta el experto. "No hagas el ridículo porque, de lo contrario, tendrás garantizado no volver a una boda de este tipo".
Lenguaje corporal.
El lenguaje corporal, como el alcohol, puede convertirse en un peligroso enemigo en días como el próximo 29 de abril. Nadie, salvo que sea la primera dama de EEUU, Michelle Obama, debe tocar a la reina.
"Nunca hay que comenzar la conversación con ella ni con ningún otro miembro de la casa real. Ellos darán el primer paso", comenta Hayward.
Tampoco las reverencias están bien vistas en estas situaciones. "La familia real ha insistido en que no se hagan este tipo de gestos, pero mucha gente, cuando conoce a la reina, desobedece este consejo".
A pesar de las instrucciones, a buen seguro la boda del heredero al trono británico dará para llenar páginas y páginas de historias con invitados que no recordaron cómo hay que comportarse cuando se comparte mesa y mantel con un futuro rey.
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