¿Por qué no es apropiado ni elegante que un expareja acuda a la boda de su ex? No asistas a la boda de tu ex
Cuando una pareja decide casarse y empieza a hacer su lista de invitados puede surgir la pregunta, ¿debemos invitar a nuestra expareja?
La poca conveniencia de invitar a una expareja de los novios a su boda
La selección de los invitados para una boda es un proceso que requiere cierto cuidado. Las invitaciones se suelen hacer no solo por los lazos afectivos de la pareja, sino por compromisos pasados y presentes. Uno de los dilemas comunes a los se enfrentan las parejas es la de invitar o no a exparejas a su boda. Aunque puede surgir la tentación de hacer una invitación por cortesía, es importante considerar cuidadosamente las implicaciones y posibles consecuencias de tomar esta decisión.
Razones por las que no es conveniente invitar a exparejas
1. Respeto por la nueva pareja. El día de la boda puede que no sea el mejor momento para que la presencia de una expareja -por muy bien que se lleven- esté presente en un día tan señalado. Incluso, puede que se lleve un protagonismo no deseado.
Te puede interesar: ¿Cuál es el número ideal de invitados a una boda? Cómo podemos calcular este número ideal de invitados
2. Incomodidad. Además de la incomodidad que puede suponer para el novio o la novia la presencia de una expareja, también puede resultar molesto para los familiares y amigos de los novios. Los invitados pueden sentir cierta incomodidad si ven a los novios tensos. Si, además, la expareja tiene una nueva relación y va a acompañada, puede resultar mucho más incómodo.
3. Mensaje equivocado. Según los expertos en relaciones personales, la presencia de una expareja podría interpretarse como un signo de duda en la nueva relación. Incluso, algunos van más allá y afirman que puede transmitirse un mensaje de falta de compromiso con la pareja con la que va a comenzar esa nueva etapa de su vida.
4. ¡Cuidado con los malos entendidos! Una inocente invitación por cortesía puede dar lugar a especulaciones de todo tipo. Pueden surgir comentarios y suposiciones sobre la naturaleza de la relación pasada y su influencia en la relación actual. Evitar malentendidos y evitar posibles rumores es fundamental para que la pareja disfrute plenamente del día de su boda.
Mejor excusar la asistencia
En general, es mejor que la expareja no asista a la boda aunque reciba una invitación. Si la expareja del novio o la novia está invitada a la boda, es importante que esta persona sea respetuosa con los sentimientos de los novios y que evite causar cualquier tipo de incomodidad o molestia. Es una buena decisión no acudir a la boda, ni sola ni acompañada. Un gesto elegante es agradecer la invitación y dar una excusa para no asistir.
¿Qué pasa si la expareja insiste en ir a la boda?
Si la expareja insiste en ir a la boda, aunque no la inviten, es importante que el novio y la novia tengan una conversación con esta persona. Ambos deben explicarle sus razones por las que no quieren que asista a la boda. Simplemente deben pedirle que respete su decisión.
Si la expareja no está dispuesta a respetar la decisión de los novios, es posible que tengan que tomar medidas más drásticas. No suele ser un caso habitual, pero puede darse.
Consejos para las parejas que están pensando en invitar a su expareja a su boda
Hay que hablar sinceramente con nuestra pareja sobre cómo se siente al respecto. Es importante que ambos estén de acuerdo con la decisión de invitar a una expareja a la boda. Incluso, puede que haya intención de invitar a dos exparejas: una expareja de cada uno de los novios.
Es fundamental ser respetuosos con los sentimientos del otro y tener en cuenta sus motivos, tanto a favor como en contra.
Un consejo importante a tener en cuenta: trazar un plan alternativo para manejar cualquier situación incómoda que pueda surgir. Contar con un plan en caso de que la expareja cause algún tipo de incidente o incomodidad puede ayudar a evitar que arruine el día.
No podemos terminar sin indicar que las relaciones personales son complejas y con sus particularidades. Por este motivo no hay una respuesta válida y única a una pregunta de este tipo. La decisión de invitar o no a una expareja a la boda depende de las circunstancias específicas y personales de cada pareja. Eso sí, la última palabra la deben decir los novios. Ellos tomarán la mejor decisión y la que consideren más adecuada.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Los cónyuges prometen cuidarse el uno al otro y guardarse fidelidad delante de sus familiares y amigos
-
La forma más ordenada es que cada uno de los novios, escriba la lista de invitados de sus respectivas familias y amigos
-
Los denominados anillos de compromiso suelen guardar algunas diferencias con los anillos utilizados para la ceremonia nupcial
-
La boda religiosa se celebra mediante una ceremonia oficiada por un sacerdote, de forma generalizada, en iglesias, catedrales, ermitas, etcétera
-
Cada vez más parejas eligen para su boda, un oficiante o celebrante que proporciona un toque más desenfadado y divertido a este tipo de eventos
-
Si los novios optan por seguir la fiesta con sus invitados una vez terminado el banquete, es habitual que se cambien de ropa, por algún atuendo más cómodo
-
Las normas de este Protocolo social han ido pasando de una generación a otra y forman parte de ese saber estar que integra la cultura de una país
-
Los padres y los padrinos suelen ser "más generosos" haciendo regalos que el resto de los invitados -aunque hay invitaciones muy generosos, también-
-
El vestuario para una boda es motivo de controversias. Hay muchas personas que quieren destacar incluso por encima de los protagonistas del día, los novios
-
El vestuario y el comportamiento apropiado de un hombre que asiste como invitado a una boda, dice mucho de su buena educación y saber estar
-
La pedida de mano se convierte, en algunas ocasiones, en un encuentro informal de los familiares de la pareja
-
Antes de formalizar una relación, hay que cumplir una serie de requisitos de carácter legal y otros (no obligatorios) de carácter más personal