Comportamiento correcto dentro de la casa
Dentro de casa hay que saber mantener una imagen y un comportamiento apropiado sobre todo cuando se reciben visitas

jill111 - Pixabay
La buena educación en la casa
Aquella urbanidad
Requiere la buena educación que permanezcamos dentro de casa en un traje decente, no solo por respeto a nuestra familia, sino por decoro y respeto a nosotros mismos.
No nos permitiremos, pues, estar en casa en mangas de camisa, sin corbata o sin medias, con una pieza de ropa rota o manchada, la cara y manos sin lavar, la cabeza despeinada, o sin alguna otra cosa que se considere como falta de decoro o aliño.
Una señora debe aplicarse con más rigor estas prescripciones, sin que por algún motivo llegue a presentarse a alguna persona con el seno o los brazos desnudos, en peinador, bata o pantuflas, o de cualquiera manera que revele falta de pudor y decencia.
Nosotros mismos no debemos presentarnos a las personas que llegan a visitarnos, en bata o en pantuflas, ni con el traje que por desahogo y comodidad usemos dentro de casa.
Tampoco nos presentaremos en las ventanas o balcones de nuestra casa sin estar con un traje limpio y conveniente, para no dar mala idea de nuestras personas, ni faltar al respeto que debemos a las vecinos y transeúntes.
Si percibimos que una persona llega a visitarnos, saldremos a su encuentro, y si fuere de consideración bajaremos las escaleras para recibirla.
Ninguna persona que llegue a nuestra casa deberá ser recibida por nosotros con frialdad y descortesía, aun cuando mediaren con ella motivos de disgusto.

Wonderlane - Everystockphoto
No debemos hacer esperar a nuestras visitas sino el tiempo puramente necesario para arreglarnos, si es que no estamos en estado de presentarnos convenientemente.
Debemos mostrarnos complacientes y afables con las personas que llegan a visitarnos, y procurar hacerles ameno y entretenido el tiempo que pasan a nuestro lado.
Atenderemos a nuestras visitas, no solamente con demostraciones de cortesía y agradecimiento por el favor que nos dispensan llegando a nuestra casa, sino que debemos obsequiarlas, en horas oportunas, con aquellas cosas propias de la estación o la costumbre, y que estuvieren al alcance de nuestras circunstancias.
Te puede interesar: Aquella urbanidad. Artículos históricos sobre la urbanidad
Cuando una persona desea retirarse no debemos instar con empeño para que permanezca más tiempo en nuestra casa.
Las señoras que se retiran deben ser acompañadas por las señoras hasta el portón de la escalera. Nosotros las ofrecerémos el brazo para bajarlas.
Si al retirarse una visita quedare otra, nos despediremos de la que se va, en la puerta de la sala, y solo que fuere de una alta consideración para nosotros, la acompañarémos más adelante, pidiendo excusas a la persona a quien dejamos.
Si al llegar a nuestra casa encontramos tarjeta o recado urgente de alguna persona, ocurriremos inmediatamente a su casa.
Debemos considerarnos obligados a restituir las visitas que se nos hagan.
No debemos escudriñar jamás las casas de nuestros vecinos, ni manifestar curiosidad en sus actos por más ostentosos que nos parezcan.
Cuando tuviéremos noticia de algún incidente grave, ocurrido a nuestros vecinos, debemos ofrecerles inmediatamente nuestros servicios, y poner a su disposición aquellas cosas de nuestra pertenencia, que ellos parecieren necesitar.
En general; tanto a nuestros vecinos, como a toda persona que llegue a nuestra casa, cualesquiera que fueren sus asuntos, circunstancias y pretensiones, procuraremos dejarlas complacidas de nuestro trato, pues es precisamente en la casa donde más puntualmente debemos cumplir con los preceptos de urbanidad, y donde más se conocen los adelantos de la civilidad y los buenos o malos principios de educación.
-
20091

Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Las primeras dificultades que ocurren a los muchachos, y aún a algunos adultos que carecen de práctica, se fundan sobre el tratamiento que se ha de dar a la persona a quien se escribe.
-
Para tener vestidos recatados es preciso que en ellos no haya apariencia alguna de lujo ni de vanidad.
-
Las personas de respeto van también muy serias en camisa por las calles, y lo más que hacen para calentar el cuerpo de vez en cuando, es detenerse en alguna taberna (Public-House)
-
Distinción general, entre sexos, al dirigirse a Dios y en el templo.
-
Respeto, comportamiento y trato urbano del niño con sus padres.
-
Por patria se entiende no tan solo el lugar donde uno nace, sino todo el pais gobernado por unas mismas leyes.
-
Antes de hablar de la cortesía que deben usar los súbditos con respeto a los magistrados, es preciso indicar las razones de obediencia, gratitud y respeto de que les son deudores.
-
Los Godos condenaban a muerte al que abandonase el país o quisiera abandonarlo.
-
Comentario de Julia Valera sobre la obra de Erasmo de Rotterdam "De la urbanidad en las maneras de los niños" -De civilitate morum puerilium-.
-
Si hemos de ser corteses con nuestros iguales con una Cortesía amistosa, es menester serlo aun más con aquellos, que tengan alguna cualidad mayor.
-
Burlarse de un anciano es lo mismo que atropellarle, insultarle, y como el ofendido carece de fuerza para pedir satisfacción, resulta que el opresor es un cobarde
-
No hay cosa más importante ni más preciosa que la reputación; y así el quitarla a otro es muchas veces mayor delito que ofenderle en su hacienda o en su persona.

