Qué hacer y no hacer en una fiesta de Navidad
Las fiestas de Navidad, tanto en la empresa como en casa suelen dejar ver, en algunas ocasiones, comportamientos poco correctos
Reglas de etiqueta para una fiesta de Navidad
Cómo comportarse de forma correcta en las fiestas de Navidad
Un buen comportamiento durante las fechas navideñas es el mejor regalo que podemos hacer a las personas que nos rodean. Los malos modales pueden estropearnos una bonita velada en la que todo el mundo esperar divertirse y disfrutar de la compañía de amigos y familiares.
Las fiestas de Navidad son unas fechas estupendas para pasar buenos ratos en compañía de otras personas -familiares, amigos, vecinos, etc.-. Por este motivo es importante recordar que hay algunas reglas de cortesía y etiqueta que debemos tener en cuenta para comportarnos de forma cortés y respetuosa con los demás. Desde ser puntuales al llegar hasta el momento de la despedida, hay entre medias unas cuantas reglas de etiqueta que debemos conocer y seguir. Veamos cuáles son.
La Navidad es una época para compartir, para felicitar y para, por qué no decirlo, derrochar bondad y generosidad. En estas entrañables fechas navideñas se suceden celebraciones de todo tipo con familiares, con amigos, con compañeros de trabajo o de estudios, etcétera, solo hay un requisito común a todas ellas: pasarlo bien, comiendo, bebiendo y charlando, pero actuando con prudencia, buena educación y con un poco de sentido común.
Un buen invitado, al igual que un buen anfitrión, debe seguir unas mínimas reglas de etiqueta para evitar que el "día después" no sea un día de arrepentimiento o de bochorno. Un mal comportamiento puede suponer una importante merma de "popularidad social" para una persona -la reputación puede verse seriamente dañada por un mal comportamiento-. Y sabemos lo que dice Hesíodo: "Una mala reputación es una carga ligera de levantar, pesada de llevar y difícil de descargar".
¿Qué hacer en la fiesta de Navidad para quedar como una persona bien educada?
Lo primero que debe tener en cuenta cualquier persona que va a una fiesta es elegir un vestuario adecuado. Una indumentaria adecuada al tiempo, al lugar, a la hora, al clima... y, cómo no, a las 'exigencias' que pueden haber marcado los anfitriones. Acatar la etiqueta de un evento es una muestra de respeto para con los anfitriones.
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Puntualidad. Elegido el vestuario adecuado, hay que tratar de ser puntuales. La falta de puntualidad es un gesto de poca cortesía hacia los anfitriones e, incluso, frente a los demás invitados. Hacer esperar para que empiece una comida o una actuación es una falta de respeto.
Saludos. En la fiesta debe saludar a los anfitriones, agradecer la invitación y conversar con algunos de los invitados presentes. No hay nada más incómodo para un buen anfitrión que tener invitados muy tímidos o retraídos que se aíslan de los demás invitados o que permanecen apartados del resto. Por eso, los buenos anfitriones tienen que hacer una labor 'integradora'. Es decir, procurar que todos los invitados participen.
Hay que ser moderados a la hora de comer y de beber. Los excesos -sobre todo con el alcohol- suelen ocasionar problemas para los anfitriones y para el resto de los invitados.
Despedirse de los anfitriones, agradecerles la invitación y las atenciones recibidas. Si no hay muchos invitados, también es buen detalle despedirse de los otros invitados.
¿Qué no hacer para quedar como un maleducado en una fiesta de Navidad?
Acudir mal vestido. Una cosa es llamar la atención con algún vestuario moderno o vanguardista; otra cosa, es ir mal vestido. No es apropiado poner en un compromiso a los anfitriones, con un vestuario que les puede incomodar, tanto a ellos como a sus invitados. ¿Iría vestido con un bañador y unas chanclas a la fiesta de Navidad de unos amigos en pleno invierno? Ridículo. No hay que ponerse en ridículo uno mismo, pero sobre todo no comprometer e incomodar a los demás.
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Ser impuntuales. Llegar tarde, sin una razón importante, es de personas poco educadas. No hay que hacer caso de la leyenda urbana que le da un toque de glamour a la persona que llega tarde a una fiesta. ¡Mentira! No es nada 'chic' llegar tarde.
No saludar a los anfitriones o a los invitados. Puede que sea muy tímido, que haya alguna persona que no le caiga muy bien... pero esas no son razones para comportarse como un maleducado. Un saludo no cuesta nada y hace que todo el mundo se sienta más cómodo.
Abusar de la comida o de la bebida. Sobre todo los problemas que suelen provocar las copas de más son por todo el mundo bien conocidos. Una persona un poco bebida puede causar muchos problemas tanto a los anfitriones como al resto de los invitados. ¡Cuidado con las copas! Hay que saber cuándo hay que parar de beber.
Introducir en la conversación temas polémicos, personales, o hablar de forma grosera con palabras soeces, tacos, palabras malsonantes, etcétera. Una fiesta no es el lugar más adecuado para crear polémicas. Hay que ser diplomáticos y tener un poco de tacto social para evitar entrar en discusiones que no suelen terminar muy bien. Tampoco es correcto tratar temas desagradables. Por ejemplo, aquellos que cuentan sus dolencias, operaciones, etcétera, con todo lujo de detalles.
Resumiendo, comportarse de forma poco educada, grosera o vulgar solo le hará quedar mal a usted, y hará sentirse incómodos, casi con toda seguridad, a gran parte de los invitados. Luego no se pregunte por qué han dejado de invitarle a tantos eventos.
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