
Madrid, los taxistas y la etiqueta
Los taxistas deben guardar unas mínimas normas de cortesía con sus clientes tanto en el trato como en el vestuario
foto base MichaelGaida - Pixabay
Los derechos de los usuarios de los taxis: respetar a los clientes
Una nueva ordenanza revoluciona a los taxistas de Madrid. Entre las muchas obligaciones que se indican en esta ordenanza sobre los taxímetros, actualizaciones de vehículos, etcétera hay unas cuantas muy curiosas sobre la etiqueta y los derechos de los clientes.
Amén de ciertos derechos muy saludables como el recibir un ticket como el de cualquier establecimiento comercial, el de tener varias formas de pago disponibles, etcétera están cosas tan curiosas como:
- poder elegir la luz y temperatura del vehículo,
- poder elegir qué emisora de radio escuchar y
- poder llevar equipaje.
En el caso de querer comer o beber dentro del taxi, deberá consultarse con el conductor.
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Reglas de etiqueta y vestuario para los taxistas
A los taxistas también se les imponen unas ciertas reglas de etiqueta, o mejor dicho, más que indicarles unas cuantas normas de etiqueta, se les indica qué no deben ponerse para no "asustar" a sus clientes.
No se les permite vestir con prendas deportivas o de baño, vamos, que no se pueden vestir como si fuesen a la piscina o a la playa. Nada de pantalones cortos, piratas, chanclas, sandalias o hawaianas, camisetas sin mangas y vestuario de este estilo.
Si a estas reglas, se le añade las propias aportaciones del taxista como saludar, ser agradable, sonreír, ser cordial, etcétera todos saldremos ganando, conductores y clientes. No hacer esto, además, puede considerarse una infracción leve. Si se trata de forma desconsiderada a los clientes, o si el taxista es muy descuidado con la higiene de su vestuario o de su persona.
No solo se ponen normas, también se quitan algunas o se actualizan. Es el caso de la que permitía a los taxistas "discriminar" a sus clientes por el atuendo, cuando se consideraba que el mismo podía deteriorar o causar daños dentro del vehículo.
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En definitiva, que los taxistas, como en el resto de las profesiones, debe acomodarse a unas reglas de funcionamiento y de etiqueta, que hagan que las relaciones con sus clientes sean más agradables, respetuosas y cívicas.
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