
Urbanidad en las desgracias.
Las penas compartidas son más fáciles de llevar y el cariño de las personas mitiga el dolor y el sufrimiento.
Urbanidad en las desgracias.
Cuando a alguno de nuestros deudos o amigos le haya sobrevenido una desgracia le manifestaremos la parte que en la misma nos tomamos, como también nuestro deseo de aliviarle diciendo según el caso: "siento en el alma el pesar que aflige el corazón de Vd. por tal adversidad"; "pero si mi persona y facultades pueden contribuir a su consuelo, las emplearé gustoso en su obsequio". "La novedad ocurrida en la salud de D. N. me tiene en el mayor cuidado, y no cesará éste hasta su total restablecimiento".
También puede utilizar expresiones similares a estas: "Todos hemos de pagar tarde o temprano el feudo común al Criador, y debemos conformarnos con sus altos juicios". "Procure Vd., pues, consolarse con la dulce convicción de que la madre de Vd. en premio de sus virtudes estará ya gozando de mejor vida". "Acompaño a Vd. en el justo dolor que le cabe por la muerte inesperada de su apreciable hermano, rogando al mismo tiempo al Señor le conserve a Vd. muchos años como el único que puede reemplazar una pérdida tan sensible".
No llevéis a la sociedad vuestras pesadumbres ni desazones, para no ir a turbar la alegría de los otros. Si no podéis contribuir a ésta, quedaos en casa con vuestras ideas melancólicas; pero si tratáis de disiparlas con las distracciones de la sociedad, no impongáis vuestras penas por castigo a todos sus individuos.
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No hay cosa que requiera más tiento que la verdad, que es un sangrarse del corazón. Tanto es menester para saberla decir como para saberla callar.
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Ese detalle tan importante en el amor y en las relaciones sociales en general, que puede abrirnos las puertas de un corazón y ganarnos simpatías
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En la mesa hay que comportarse de forma educada tanto a la hora de conversar como a la hora de tomar los alimentos.
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Hay que tratar de comer solamente lo necesario y mantener el cuerpo ágil y robusto practicando de forma regular ejercicio.
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Si deseamos nos acompañe a la mesa persona distinguida, la invitación se hace de palabra o por escrito unos días antes del convite.
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Actos inurbanos o molestos a los presentes.
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Las matronas nobles han cercenado las largas colas de los vestidos, cuyo uso era sumamente incómodo en los bailes, en los paseos y en la iglesia.
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La religión es uno de los puntos más generales de conversación, y también más murmurado.
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El trato con las personas mayores, el respeto y la obediencia.
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