
Objeciones y consejos en sociedad.
Fraseología urbana para las principales ocurrencias de la vida social.
Objeciones y consejos en sociedad.
Conviene aconsejar con mucha reserva y miramiento, aun cuando al afecto y el deber lo justifiquen; porque ¿hay cosa más incómoda que oír a un vanidoso o impertinente repetir a todas horas: "Yo en vuestro caso haría esto". Mejor será decir: "Mi parecer no puede tener gran peso, pero es este".
Cuando alguien nos haga alguna objeción, mayormente si es en términos decorosos, como: "sin ánimo de contradecir a Vd., me parece que esto puede entenderse de este modo"; o "si Vd. no lo lleva a mal, me tomaré la franqueza de advertirle que en lo que ha dicho padece equivocación", contestaremos sin calor y hasta con agrado: "más bien que llevarlo a mal, me hará Vd. mucho favor en rectificar mis errores"; "no dudo haberme equivocado, y espero se servirá Vd. manifestármelo fracamente". No digáis: "Vd. no me ha comprendido", sino: "sin duda me he explicado mal".
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Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
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Hay dos pasiones que es preciso vigilar para no dejarse llevar por ellas en el juego: la primera es la avaricia, la cual ordinariamente es fuente de la segunda, a saber, la impaciencia y los arrebatos
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Expresiones proverbiales y dichos comunes son las flores de la retórica usadas por un hombre vulgar.
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Nunca un criado se permitirá familiaridades con visitantes ni con nadie de la casa.
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No debe uno permitirse jamás la libertad de apoyar la cabeza en la mano como si no se pudiera sostener
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Advierte que hay tanta diferencia entre la cortedad y la modestia, como que ésta es muy recomendable, y aquella es muy ridícula.
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No es cortés, al andar, girar las espaldas a un lado y a otro como el péndulo de un reloj, ni poner una delante de la otra; esto denota un espíritu soberbio o una persona que se da tono
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Cuando vivimos en medio de este desorden, perdemos miserablemente el tiempo en buscar los objetos que necesitamos, los cuales no podemos hallar nunca prontamente.
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El vestido debe corresponder a las posibilidades, por lo cual, así el exceso como la mezquindad son dignos de censura.
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Los jóvenes, que no niños, también tienen que aprender a moverse de forma correcta en sociedad
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El ver cuan necesarios nos son nuestros semejantes en todos los actos más leves de la existencia, basta para hacernos comprender cuáles serán nuestros deberes respecto a ellos.
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Burlarse de un anciano es lo mismo que atropellarle, insultarle, y como el ofendido carece de fuerza para pedir satisfacción, resulta que el opresor es un cobarde
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Las visitas suelen hacerse entre el almuerzo y la comida (la comida de mediodía hoy se llama almuerzo), de tres a siete de la tarde, depende de la época del año.