
El hombre de mundo con sus superiores.
En las casas de un hombre de elevada clase, es donde fácilmente se conocen los caracteres e inclinaciones de aquellos que las frecuentan.
El hombre de mundo con sus superiores.
En las casas de un hombre de elevada clase, es donde fácilmente se conocen los caracteres e inclinaciones de aquellos que las frecuentan. En las de un Consejero, de un Corregidor, de los Directores de oficinas, suele haber tertulias excitadas por el placer, la política o el interés. En semejantes reuniones es donde el brillo está en su punto, y hay que tratar con el poder, con la opulencia, con las dignidades y, a veces, con los mayores talentos.
Es, pues, necesario en tales sociedades conservar la gracia y dignidad que son propias de cada uno sin presunción ni arrogancia. Hay deberes que ejercer, y superioridades a quienes ceder. Llevad un traje modesto, pero libre y desembarazado; no seáis tímidos ridículamente, ni cumplimenteros con exceso; el aire bajo y humillado no conviene ni aun al pretendiente que corre los ministerios; y asienta mucho peor en una tertulia, cuyo objeto principal debe ser, a lo menos en apariencia, la diversión. Es no saber manejarse el tomar el momento de un baile o de un refresco, para pedir una gracia al Ministro, a un Inspector, o a un Director General. En tales horas los personajes quieren consagrar a la diversión los momentos que quitan a su descanso, y es un asesinato moral el volverles a recordar sus bufetes o negocios; apenas es permitida a una mujer hermosa esta licencia; mas esto no quita el hacer la partida de Tresillo a la señora de un Ministro, o sacar a bailar a su hija.
Cuando en semejantes reuniones se tratan asuntos políticos, conviene resumir más que nunca la discreción y el juicio; debe tenerse presente que se habla a personas que han firmado más de un memorial, servido a más de un amo, y caminando por diferentes sendas; nada debe arriesgarse para no herir a las personas; pero decid vuestra opinión con dulzura si os la preguntan. La pregunta más leve suele ser arriesgada, porque las palabras de ciertos sujetos constituyen el cambio del día.
¿Qué le parece a Vd., dice un atolondrado al que halla en semejantes concurrencias, de tal orden, sobre tal o tal cosa? Yo la tengo por sumamente ridícula. Se me figura a la obra que he visto hoy anunciada en el Diario o en el Correo literario. Vamos, está tan mal escrita como mal pensada. Este hombre que así habla, acaso se dirige al que ha redactado la orden, o al autor del libro.
-
7048
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
En una visita, cuando nos ofrezcan comidas o bebidas, las aceptaremos después de alguna instancia.
-
Cuando la vanidad va unida a la ignorancia presta oídos a las más necias mentiras y se alimenta con las más inverosímiles ilusiones.
-
EL saludo es una fórmula de cortesía que se da entre personas que conviven en sociedad
-
El modo de comportarse al visitar una casa ajena es importante porque refleja nuestra personalidad y nuestra educación
-
Cuando hay que levantarse y salir de la mesa antes que los demás, no hay que hacerlo sino con la cabeza descubierta.
-
De las condiciones que la cortesía pide que acompañen a las palabras.
-
Las presentaciones son una muestra de fina deferencia y de cortés atención, el que la dueña de una casa facilitase el conocimiento y relaciones entre las personas que por vez primera se encontraban ante ella
-
En la iglesia no hablemos sin necesidad y no llevemos la vista a todas partes.
-
Algunos consejos generales sobre lo que más favorece a las personas en el ámbito social para hacerse agradables a los demás.
-
Las niñas deben tener respeto a sus padres. abuelos, hermanos y, en general, a todo el mundo con el que se relacione.
-
Los cabellos no son un adorno verdadero, sino en tanto que están bien limpios y tengan aquella flexibilidad viva que favorece las ondulaciones.
-
Nuestros vecinos los ingleses dan una grande importancia al arte de ponerse la corbata.