
Partes del cuerpo que se deben cubrir y necesidades corporales. Recato y respeto. Decencia y pudor
Se debe evitar cuidadosamente, tanto como sea posible, poner la mano desnuda sobre las partes del cuerpo que no están ordinariamente descubiertas y, si es necesario tocarlas, es preciso que se haga con precaución
foto base gerryimages - Pixabay
La urbanidad: el recato, la decencia, el respeto y el pudor
Aquella urbanidad
La decencia y el pudor piden que se cubran todas las partes del cuerpo, salvo la cabeza y las manos; es por tanto indecente tener el pecho descubierto, los brazos desnudos, las piernas sin medias, y los pies descalzos; es incluso contrario a la ley de Dios descubrir ciertas partes del cuerpo que el pudor, al igual que la naturaleza, obligan a tener siempre escondidas.
Se debe evitar cuidadosamente, tanto como sea posible, poner la mano desnuda sobre las partes del cuerpo que no están ordinariamente cubiertas y, si es necesario tocarlas, es preciso que se haga con precaución.
Como no debemos considerar nuestro cuerpo más que como templo vivo, en el que Dios quiere ser adorado en espíritu y en verdad, y tabernáculo que Jesucristo se ha escogido por morada, debemos también, en vista a las hermosas cualidades que posee, tenerle mucho respeto; esta consideración debe inducirnos particularmente a no tocarlo e incluso a no mirarlo sin indispensable necesidad.
Te puede interesar: Aquella urbanidad. Artículos históricos sobre la urbanidad
Es conveniente acostumbrarse a soportar algunas pequeñas molestias sin volverse, frotar, rascar, sin moverse y tener postura alguna menos decente, pues todas estas acciones y posturas indecorosas son contrarias al pudor y a la modestia.
Es mucho más descortés e indecoroso tocar o ver en otra persona, sobre todo si es de sexo diferente, lo que Dios prohibe mirar en sí mismo; por esto es muy indecente mirar el seno de una mujer, y más aún el tocarlo, y ni siquiera está permitido mirarle fijamente al rostro.
Las mujeres deben asimismo procurar cubrir decentemente su cuerpo y velarse el rostro, según el consejo de San Pablo, ya que no está permitido exponer lo que los otros no pueden mirar libre y decentemente.
Cuando se esté acostado hay que procurar tener una postura tan decente y modesta que los que se aproximen a la cama no puedan ver la forma del cuerpo; hay que tener cuidado también de no descubrirse de modo que no se muestre ninguna parte desnuda del cuerpo, o que no esté cubierta con decencia.
Cuando se tenga necesidad de orinar, hay que retirarse siempre a algún lugar separado, y cualquiera otra necesidad natural que se pueda tener, es conveniente, incluso los niños, no hacerla sino en lugares en los que no puedan ser vistos.
Te puede interesar: Gestos vulgares y ordinarios (con vídeo)
Es sumamente descortés dejar salir ventosidades, por arriba o por abajo, aunque sea sin ruido, al estar en compañía; es vergonzoso y feo hacerlo de manera que pueda ser oído por los otros.
No es cortés hablar de las partes del cuerpo que deben permanecer escondidas, ni de ciertas necesidades del cuerpo a las que la naturaleza ha sometido al hombre, ni nombrarlas siquiera; y si alguna vez no puede uno pasarse de ello, respecto de un enfermo o de una persona indispuesta, hay que hacerlo de manera tan fina que los términos utilizados no puedan chocar en nada a las buenas maneras.
-
1482
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
El respeto, es la característica principal, entre muchas otras, que debe tener un niño con otras personas con las que convive a diario
-
El niño urbano debe saber comportarse en la mesa de forma correcta y educada.
-
El aseo personal es una parte muy importante en la vida diaria de las personas.
-
Al saludar a alguien hay que tomar el sombrero con la mano derecha, quitarle enteramente de encima de la cabeza y, de modo que sea cortés, extender el brazo hasta abajo
-
Las cartas de amor son un clásico en la correspondencia personal. Son una forma de expresar los sentimientos que se sienten por otra persona
-
Es norma de cortesía tener la nariz muy limpia.
-
Al sentarte a la mesa debes cuidar de quedar más bien de los últimos, que no tomar asiento preferente, a menos que no te lo manden
-
Los romanos tenían la costumbre de entregar al principio de la comida una nota de los manjares que se presentarían en la mesa.
-
Las reglas de urbanidad son las que fomentan y conservan las sociedades.
-
Es bien entendido que la dueña de la casa pondrá todo el cuidado posible en romper el hielo entre los invitados, presentando a todos los que no se conozcan.
-
La moda según algunos, ha introducido, la corrupción, pues a la mujer sin pudor nunca le faltan alhajas, y el deseo de poseer alhajas induce a renunciar al pudor.
-
En confianza hay quien fiscaliza nuestros actos, quien curiosea nuestros muebles, quien lee por encima del hombro las cartas que escribimos...