Las comidas y la vida social. Primera parte.
Considerando la mesa como un sitio de placer, no debe invitarse nada más que a personas gratas.
Las comidas y las invitaciones.
Las comidas desempeñan un gran papel en la vida social, desde la comida íntima de la familia, de la cual nos ocuparemos más adelante, hasta las que se ofrecen a los amigos y aquellas que por su importancia adquieren proporciones de banquete.
Entre los pueblos sajones, y especialmente en los norteamericanos, la costumbre de las comidas en casa va desapareciendo y tiene lugar en cualquier restaurante u hotel de moda; pero entre los latinos, más aficionados al hogar, la costumbre de las comidas subsiste siempre.
Es preciso conocer una multitud de detalles, para no caer en ridículo delante de las gentes que se preocupan de estas fórmulas de sociedad y de riguroso "buen tono".
Ocho días, lo menos, antes del destinado para la comida hay que repartir las invitaciones, a las cuales se responderá inmediatamente, y si cualquier circunstancia impidiera el aceptar, es necesario disculparse de un modo afable y lógico.
A pesar de esto, la persona invitada tiene obligación de hacer, dentro de la semana, la visita de digestión, aunque no haya asistido al convite.
Si después de repartidas las invitaciones una circunstancia fortuita nos obliga a suspender la comida, se manda una tarjeta a cada uno de los invitados avisándoles y dando a entender que por motivos imperiosos se suspende y aplaza la proyectada reunión, no que se renuncia a ella.
"Al hacer las invitaciones hay que tratar de que haya el mismo número de hombres que de mujeres"
Naturalmente que, considerando la mesa como un sitio de placer, no debe invitarse nada más que a personas gratas; los mejores amigos, los más inteligentes, los más simpáticos. Hay personas bien educadas que, aun a pesar suyo, sufren la influencia de atavismos y supersticiones, y experimentan gran disgusto si se reúnen en torno de la mesa trece comensales. Por si acaso, entre nuestros amigos hay alguno de éstos, conviene evitar ese número.
Se tendrá en cuenta al hacer las invitaciones (libro Modelos de cartas) que haya un número igual o mayor de hombres que de señoras, a fin de que ninguan de éstas se vea obligada a pasar sola al salón. Las personas amigas que se profesen simpatía se colocarán cerca, cuidando de no invitar a la misma comida a personas que notoriamente se sepa no estén en buena armonía.
Para hacer honor a los invitados, es preciso no mostrar negligencia en nada. Los manteles , cristalería , vajilla y cubiertos han de ser de una limpieza irreprochable.
Para la belleza y el buen golpe de vista, la simetría es necesaria; flores artísitcamente dispuestas adornarán la mesa, teniendo cuidado de que no sean de perfume penetrante, cosa que no pueden sufrir los nervios de algunas señoras delicadas y que no se asocia bien al olor de salsas, vinos y condimentos.
Hay varias maneras de adornar las mesas con flores; se estilan las guirnaldas y pequeños ramos de formas graciosas, que no tapen la vista de los convidados de un extremo al otro. Los grandes ramos en el centro, que impedían verse, están ya desechados.
Muy elegante es sembrar de flores cortadas del tallo todo el mantel, y en algunos casos se pone en el centro de la mesa una decoración de plantas naturales.
- Las comidas y la vida social. Primera parte.
- Las comidas y la vida social. Segunda parte.
- Las comidas y la vida social. Tercera parte.
-
8058
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
La mesa es donde no puede ocultarse el menor defecto de educación, pues fuera aparte de las principales lecciones de saber trinchar, colocarse, hablar, servir y demás apuntadas, has de observar las cosas repugnantes de los demás para no usarlas tÃ
-
En las conversaciones con personas de autoridad se antepondrÃa señor al tÃtulo de nobleza, al cargo civil que ocupasen los interlocutores o al oficio militar desempeñado
-
La decencia general consiste en conformarse con las circunstancias de persona, lugar y tiempo.
-
La cortesÃa exige que no escriban cartas que no sean necesarias.
-
Si por olvido una señora se compromete con dos caballeros para un mismo baile, necesita disculparse confesando su error a los dos y no bailar con ninguno de los dos
-
Si no es un deber moral el no hacer daño a los animales, al menos es un deber sentimental.
-
De los deberes para con Dios de los más pequeños de la casa.
-
Si le piden que corte la carne a quien no sabe hacerlo, no debe sentir vergüenza ni tener inconveniente en excusarse.
-
Los embajadores extranjeros son particularmente invitados a las fiestas nacionales y de la corte.
-
La cortesÃa invita a veces a servirse de un bastón, pero sólo la necesidad permite llevar una cachava en la mano.
-
Los que llegan una hora o dos antes el tiempo prefijado para la comida, lo trastornan todo en una casa.
-
Se cuidará mucho de no ocupar los asientos con objetos y no llevar perfumes exagerados ni alimentos de olor fuerte que puedan incomodar a los otros viajeros.