Navidad. ¡Cuidado con los excesos!
La comida y la bebida, amén de los regalos, son los grandes protagonistas de la Navidad
Reglas de etiqueta para las fiestas de Navidad en familia
Sugerencias de comportamiento para estas celebraciones tan familiares. ¡Cuidado con los excesos!
La abundancia de comida y bebida que hay en la mayoría de las mesas en las celebraciones navideñas, puede ser uno de los motivos para que cometamos excesos si no tenemos la suficiente prudencia y fuerza de voluntad para resistirnos a tanta 'oferta'. Los excesos suelen ser bastante perjudiciales, en casi todas las ocasiones, tanto para nuestra vida social como para nuestra imagen y nuestra salud. Hay que saber estar en todo momento, lugar y circunstancia. No sirve de excusa, eso de estar en familia. Los buenos modales y la buena educación siempre deben estar presentes.
No hay que dejarse llevar por la euforia del momento -y menos cuando llevamos alguna copa de más-. No hay que hacer o decir cosas que puedan molestar a los demás. No sería la primera, ni sería la última vez, que de una celebración familiar o laboral saltan chispas, por no decir otra cosa.
¿Participar o no participar de las actividades?
Si en la fiesta hay algún tipo de actividad, como por ejemplo un baile y no queremos participar, hay que hacerlo saber con buenos modales. Excusar nuestra participación y seguir disfrutando de la fiesta. Si nos insisten, no tenemos por qué enfadarnos. Siempre hay algún familiar o amigo pesado que insiste de forma reiterada. Lo que no debemos hacer nunca es contestar de malas maneras. Hay que aprender a salir de estas situaciones dando una sencilla excusa sin alterarse ni entrar en discusiones tontas.
No seamos glotones: comer con moderación
¿Quién no se ha topado en alguna fiesta con esas personas que parecen que no han comido nunca o que llevan varios días sin comer? Devoran la comida con ansia. En cualquier fiesta o celebración hay que ser moderado a la hora de comer y, sobre todo, a la hora de beber.
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Por mucho que nos guste el menú, los aperitivos o cualquier otro tipo de comida que se ofrezca hay que demostrar un poco de educación. No debemos lanzarnos a la comida y menos si nadie ha empezado a comer. Hay que esperar a que los anfitriones comiencen o bien a que alguno de los organizadores indique que se puede empezar a comer.
Tanto en el momento del aperitivo como en el de la cena, si es tipo buffet -bufé- hay que ser prudente y moderado cuando tomamos los aperitivos o nos servimos los alimentos del almuerzo o de la cena.
Beber con moderación. Chispa, la justa
Las bebidas alcohólicas deben tomarse con mucha moderación. ¡Cuidado con la bebida! Los invitados pueden pasar de un estado de euforia moderada a un estado de embriaguez que puede llegar a causar problemas al resto de los invitados. La 'sinceridad' de una persona en estado ebrio puede ser el detonante de muchas discusiones y de momentos realmente incómodos.
Muy importante: "Hay que ser moderados con la comida y muy prudentes con la bebida, sobre todo, la que contiene alcohol". Ser prudente es un valor importante que nos evita muchas situaciones incómodas a nosotros mismos y a los demás.
Las bebidas, al igual que la comida, deben tomarse con cierta moderación y mucho más si solo tomamos bebidas sin comer nada. Una buena forma de beber de forma "controlada" es tomar bebidas refrescantes o zumos entre una copa y otra. Otra buena sugerencia es beber después de haber comido algo; no es adecuado beber alcohol con el estómago vacío.
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Si nos damos cuenta de que nos estamos pasando de una cierta "chispa" o alegría a un estado etílico más avanzado, hay que dejar de beber. Al estar en compañía de familiares y de amigos nos podemos poner en evidencia con un mal comportamiento.
Dar una mala imagen puede repercutir en nuestra vida personal y en nuestra reputación con respecto al resto de la familia. También nos puede llevar a decir cosas de las que más tarde nos arrepintamos -muchos 'trapos sucios' familiares salen cuando hay alguna copa de más por el medio-.
Para terminar, recordar que una persona en estado de embriaguez -borracha- puede poner en un compromiso a los anfitriones y hacer pasar un mal rato a los invitados. La mesa de Navidad se puede convertir en un auténtico 'campo de batalla' si los invitados no saben comportarse de forma apropiada.
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