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Discurso de aceptación de Don Juan Carlos I de la renuncia de su padre Don Juan de Borbón el 14/05/1977.

Comprendo que fue dura la separación de un hijo, para que se educase en su Patria, entre españoles, y se formase debidamente para servirla cuando fuese necesario.

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Señor:

El mandato de Su Majestad el rey Alfonso XIII, "sobre toda España", creo que ha sido cumplido.

El pueblo español, con su fina sensibilidad, ha percibido claramente los grandes sacrificios que hemos tenido que afrontar.

Comprendo que fue dura la separación de un hijo, para que se educase en su Patria, entre españoles, y se formase debidamente para servirla cuando fuese necesario. Considero que he asimilado por completo la gran lección que encierra esta decisión. La educación que he recibido y de la que me siento satisfechísimo me ha formado en el cumplimiento del deber, en el servicio al pueblo español, en la entrega absoluta a ese gran ideal que es nuestra patria, con su espléndido pasado, su presente apasionante y su futuro lleno de esperanzas.

Hoy, al ofrecer a España la renuncia a los Derechos Históricos que recibisteis del rey Alfonso XIII, realizáis un gran acto de servicio. Como hijo, me emociona profundamente. Al aceptarla, agradezco vuestra abnegación y desinterés y siento la íntima satisfacción de pertenecer a nuestra Dinastía. Y es mi deseo que sigáis usando, como habéis hecho durante tantos años, el título de conde de Barcelona.

Acabáis de pronunciar importantes palabras. Las recibo, las oigo y las medito.

Quiero cumplir como Rey los compromisos de este momento histórico. Quero escuchar y comprender lo que sea mejor para España. Respetaré la voluntad popular, defendiendo los valores tradicionales y pensando, sobre todo, que la libertad, la justicia y el orden deben inspirar mi reinado. De esta forma, la Monarquía será elemento decisivo para la estabilidad necesaria de la nación.

En estos momentos de indudable trascendencia para España y para nuestra familia, y al recibir de tus manos el legado histórico que me entregas, quiero rendirte el emocionado tributo de mi cariño filial, unido al respeto profundo que siempre te he profesado, al comprender desde niño que, sobre todo y por encima de todo, tu no has tenido nunca otro ideal que la entrega absoluta al servicio del pueblo español.

 

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