
Refranes y protocolo. El saber popular aplicado al protocolo y la etiqueta
Los refranes son dichos populares que versan sobre cualquier materia o disciplina de la vida
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Dichos populares sobre la buena educación
Los dichos y refranes sobre la buena educación ocupan un lugar privilegiado dentro del saber popular. Muchos de los conocimientos que tenemos han perdurado a través de generaciones por medio de este tipo de pequeñas frases que aúnan, a partes iguales, ingenio y sabiduría. Estas perlas de sabiduría condensada no solo reflejan los valores y expectativas de una sociedad en cuanto a la conducta y el aprendizaje, sino que también sirven como guías prácticas para la vida cotidiana. Desde "La educación comienza en casa" hasta "Lo que se aprende en la cuna siempre dura", estos refranes nos ofrecen una ventana única hacia los valores fundamentales que han moldeado nuestra comprensión de lo que significa estar bien educado. Vamos a ver algunos de los dichos y refranes más significativos sobre la buena educación, el aprendizaje y el comportamiento.
Lo cortés no quita lo valiente
La educación y el respeto a las personas no están reñidos con defender cada uno sus convicciones. No podemos perder las buenas maneras con personas con las que no compartimos criterios o formas de pensar.
Ejemplo: Durante una reunión de trabajo, alguien critica duramente tu propuesta. En lugar de responder con sarcasmo o gritos, respondes con calma: “Entiendo tu punto, pero permíteme explicar por qué creo que esta idea puede funcionar”. Has defendido tu posición sin faltar al respeto.
Buenos modales juntan caudales y abren puertas principales
Las buenas maneras y la buena educación, abren más puertas en la vida y dan mayores oportunidades de tener éxito que cualquier otro tipo de habilidad social.
Ejemplo: En una entrevista de trabajo, saludas con cortesía, mantienes contacto visual y agradeces la oportunidad. Aunque otro candidato tiene más experiencia, tu actitud profesional deja mejor impresión y consigues el puesto.
Cortesías engendran cortesías
Una persona bien educada y de trato cortés siempre trae como consecuencia que el resto de las personas con las que trata sean más amables, más cordiales y se generen actitudes positivas.
Ejemplo: Le cedes el asiento a una persona mayor en el transporte público. Al bajarte, esa persona sostiene la puerta para ti sin que lo pidas. Los buenos gestos tienden a multiplicarse.
La cortesía es de quien la da, y no de quien la recibe
Hay que tratar con educación a todas las personas, incluso a aquellas personas que no se lo merecen, que no tienen buenos modales o buena educación con los demás.
Ejemplo: Un camarero te atiende con mala cara. En vez de responder con rudeza, agradeces el servicio y mantienes la compostura y le tratas con educación. Al final, su actitud mejora. La educación no debe depender del entorno. Si la gente es maleducada, peor para ella.
Cuanta más grandeza, más llaneza
El mayor tesoro que tiene cualquier persona es su buena educación. El buen comportamiento no conoce grandezas. Se puede ser una persona "importante" y tener una pésima conducta, ser un maleducado.
Ejemplo: Un director de empresa saluda con amabilidad a todo el personal, desde el personal de limpieza hasta los ejecutivos. Esa sencillez refuerza su autoridad y genera un gran respeto.
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De lo sublime al ridículo no hay más que un paso
El mejor comportamiento, una acción digna de mención, un valioso logro en el plano profesional... puede quedar reducido a la nada por tener una mala conducta, una falta de saber estar.
Ejemplo: Un político reconocido por su buen trabajo insulta y se encara con un ciudadano frente a las cámaras. En minutos, su imagen cae en picado.
Lo que se aprende de cuna, siempre dura
Siempre que se han recibido buenos ejemplos en casa, es difícil olvidarlos. Por eso siempre debemos actuar de forma correcta en nuestras acciones diarias para dar buen ejemplo y sembrar la semilla de la buena educación. No hay mejor enseñanza que "Fray ejemplo".
Ejemplo: Una persona acostumbrada desde pequeña a saludar al entrar a un lugar sigue haciéndolo de forma automática cuando ya es adulto. Lo hace mostrando respeto sin pensarlo. Es algo que el sale de forma automática.
Aunque la mona se vista de seda, mona se queda
Aunque tratemos de "disfrazar" nuestro comportamiento, si este no es bueno, si no tiene sólidas bases, siempre se va a "transparentar" esa falta de buenas maneras y de saber estar en cualquier situación. Es similar al refrán: "El hábito no hace al monje".
Ejemplo: Alguien llega vestido de etiqueta a un evento, pero interrumpe constantemente a los demás y habla de forma grosera. Su comportamiento revela lo que la ropa no puede ocultar. Las apariencias pueden engañar.
Lo bueno aborrece y lo malo apetece
Debemos cuidarnos de actuar de forma vulgar o grosera, con malos modales, aunque en determinadas ocasiones sea mucho más fácil irse por "las malas formas", que son más atractivas. Hay que guardar una buena compostura en todas las ocasiones, demostrando ser una persona con buena educación, afable y correcta.
Ejemplo: Durante una discusión en redes sociales, insultar puede parecer tentador, pero responder con argumentos sólidos y respeto tiene más impacto y credibilidad. Lo que pasa actualmente es que lo malo "apetece" más que lo bueno.
Virtudes vencen señales
Hay ocasiones en las que la apariencia engaña. Una persona puede parecer en un principio poco educada, pero la manera de actuar nos puede demostrar todo lo contrario. Las virtudes interiores nos hacen más respetuosos y cordiales con los demás.
Ejemplo: Una persona con ropa muy sencilla y de aspecto un poco desaliñado ayuda a un desconocido en la calle sin dudarlo. Su conducta vale mucho más que cualquier apariencia exterior.
Aunque vestido de lana, no soy borrego
No se puede juzgar por la apariencia exterior. La primera impresión es importante pero no definitiva. Es posible vestir de modo humilde, pero no por ello debe guardar relación con la buena educación de una persona.
Los ejemplos anteriores ya han ilustrado este concepto de la apariencia.
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Al que al cielo escupe, en la cara le cae
Cuando se actúa con malas maneras, o con malos modales, es fácil que se reciban también comportamientos poco educados. Hay que dar un buen ejemplo, comportándose con elegancia, corrección y cortesía en cualquier situación.
Ejemplo: Alguien habla mal de sus compañeros para ascender en el trabajo. Cuando lo descubren, pierde la confianza del equipo y la oportunidad de promoción. El mal comportamiento siempre tiene consecuencias.
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