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Servicio a clientes. Reclamar. Quejarse. Mal servicio a los clientes

El trato con el cliente no siempre es fácil; unas veces seguramente será culpa del cliente y otra de quien le atiende, pero nunca se deben perder las formas

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Camarero atendiendo a una clienta
Camarero atendiendo. Camarero atendiendo a una clienta

Cómo reclamar y quejarse con educación

Seguramente alguna vez, o quizás muchas, se ha quejado del trato de un camarero/a en un restaurante, de un dependiente/a en una tienda, de una cajera/o en el supermercado, etcétera. El trato con el cliente no siempre es fácil; unas veces seguramente será culpa del cliente y otras de quien le atiende, pero nunca se deben perder las formas.

Todos podemos tener malos días, pero hay que tratar, como los actores, de no mostrarlo cara al público, o si es usted el cliente, de no pagarlo con la persona que le sirve o atiende. No se puede exigir respeto y educación a quien no la tiene con nosotros. La máxima del cliente siempre tiene la razón, debe relativizarse ante ciertos comportamientos.

Los buenos modales en los restaurantes

Se puede pedir con educación que nos cambien un plato, una copa, un cubierto, una servilleta, etc. Por supuesto habrá que tener algún motivo, no se hacen las cosas por puro capricho. No debe darnos vergüenza reclamar o pedir que nos cambien un plato o un vino. Se paga en el servicio y ayuda a que mejoren y a que no se repitan determinados comportamientos o actitudes. Hay que saber distinguir entre simples errores o reiterados malos comportamientos.

Camarero toma nota
Camarero toma nota. Camarero toma nota

Ahora bien, tampoco puede ser un cliente demasiado "picajoso", tiquis miquis y protestar por cosas que son totalmente normales o que no tienen objeto de ser reclamadas o exigidas. Los clientes no pueden "abusar" del personal de la sala con caprichos y nimiedades. Todo tiene un límite. Además, estas personas están trabajando y nuestras reclamaciones banales les pueden quitar tiempo para hacer bien su trabajo.

Cualquier negocio, por su propio bien, nos tratarán de la mejor manera posible, pues los negocios viven de los clientes. De no darnos un trato correcto, corren el peligro de que se "corra la voz" y poco a poco se vayan quedando sin clientes. Es la mejor publicidad que puede existir, la opinión de personas que han estado en un determinado local o establecimiento y han salido satisfechos con el trato.

Lo que mayormente es reprochable es la actitud del personal de algunos establecimientos. Desgana, desidia, falta de tacto... eso si que no se debe consentir. Pagar un mal servicio es una "pequeña estafa" al cliente. Si tenemos que estar pendientes nosotros del servicio y no el servicio de nosotros, está claro que algo falla. Reclamar nos puede ayudar a nosotros, al establecimiento y a los futuros clientes.

También es un buen detalle además de tener un comportamiento educado, felicitar a los empleados cuando lo hacen bien y se esmeran, al cocinero que ha hecho una labor impecable, a un atento jefe de sala, etc.

La atención apropiada a los clientes en los comercios

Es importante saber que la educación empieza por uno mismo. Si nosotros no saludamos o damos los buenos días al entrar en un establecimiento, no podemos esperar que otras personas hagan lo mismo con nosotros -aunque seguramente lo harán por contentar al cliente-.

Comercio de perfumería
Comercio perfumería. Comercio de perfumería

No es correcto entrar justo a la hora de cierre de un establecimiento. Y menos para entretener al personal del mismo durante mucho tiempo, o bien entrar sin la intención de comprar, etcétera.

Debemos ser amables con los empleados de cualquier comercio para que ellos lo sean con nosotros, aunque casi siempre nos devolverán amabilidad aunque nosotros no la tengamos. Si tenemos cualquier problema con algún empleado hay que preguntar por el encargado/a para expresar nuestra queja. No es correcto chillar, gritar, insultar o perder los nervios, no nos servirá de nada. La educación ante todo. No hay nada que no se pueda arreglar hablando.

Guardar el turno que nos corresponda, mediante el correspondiente ticket, o bien "pidiendo la vez" -preguntar quién es la última persona en llegar para saber cuándo nos toca nuestro turno-.

Tanto en caja como en mostrador debemos procurar llevar bien pensado que es lo que queremos o necesitamos para no hacer perder el tiempo tanto a los empleados como a las personas que esperan ser atendidas.

En resumen, siempre debemos ser educados con el personal de cualquier tipo de establecimiento, y ser generosos y condescendientes con sus errores, pero no con algunos comportamientos inapropiados. De la misma manera, que esperamos ser tratados de forma correcta por los empleados de cualquier tipo de establecimiento nosotros debemos hacer lo mismo con esos empleados, ser educados y correctos. Las relaciones cordiales hacen más fácil el día a día.

 

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