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Las 'buenas costumbres'.

Se habla de la pérdida de los 'valores' como el origen de los problemas que nos agobian.

Diario El Tiempo
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Cada cierto tiempo, desde hace 25 siglos, resurgen del estiércol los defensores de la moral y las buenas costumbres. Se habla de la pérdida de los 'valores' como el origen de los problemas que nos agobian. Por lo general, los adalides de esta noble causa son de la línea del "todo tiempo pasado fue mejor". Suelen referirse a que en sus épocas las cosas eran diferentes -y mejores- porque se respetaban los tales 'valores' que se han ido perdiendo. Como si sus tiempos ya hubieran pasado y los responsables del estado actual fueran otros y no ellos mismos.

En las últimas semanas he visto citada la famosa y perfectamente desconocida Urbanidad de Carreño. Digo mal, en realidad nunca se la cita, pues estoy seguro de que nadie la ha leído. Quien lo haya hecho sería consciente de que el señor Carreño estaba más próximo a ser un enfermo mental que un educador o pedagogo, a pesar de haber sido sobrino de Simón Narciso Carreño Rodríguez, mejor conocido como Simón Rodríguez, el maestro del Libertador Simón Bolívar.

La famosa obra del caraqueño fue publicada en 1853 bajo un extensísimo título que comienza así: 'Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos (...) precedido de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre'. Recomiendo su lectura, más que para aprender de buenas costumbres, para reír de lo que el señor Carreño entendía por ellas. Cito al azar uno de sus parágrafos. Capítulo III, Artículo II, 'Del acto de acostarnos, y de nuestros deberes durante la noche': "Al despojarnos de nuestros vestidos del día para entrar en la cama, hagámoslo con honesto recato, y de manera que en ningún momento aparezcamos descubiertos, ni ante los demás ni ante nuestra propia vista". Más adelante dice: "También es un mal hábito el ejecutar durante el sueño movimientos fuertes, que a veces hacen caer al suelo la ropa de la cama que nos cubre, y que nos hacen tomar posiciones chocantes y contrarias a la honestidad y al decoro".

No es raro encontrar entre los defensores de las 'buenas costumbres' perlas como las anteriores. Por estos días oí en la radio a un entrevistador y a su entrevistado muy entusiasmados con un proyecto de acuerdo que está próximo a pasar en el Concejo de Bogotá que consiste en prohibir el consumo de alcohol a menores de edad a menos de 162 metros de una institución universitaria. Medida perfectamente ridícula por donde quiera que se la mire. El porcentaje de menores de edad en las universidades es mínimo e ir a tomar una cerveza a cuadra y media del alma máter no es ningún problema. Como todas las medidas impregnadas de moralina, esta tiene sabor a chiste. Señor concejal: preocúpese por mejorar y ampliar la educación superior.

Los mayores de edad no necesitan tutores de 'buenas costumbres'. Por último: grandes universidades del mundo desarrollado tienen sus propios bares.

 

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