
Entrada de S. M. la Reina Nuestra Señora y de SS. MM. los Reyes de las Dos Sicilias en Madrid.
El Rey Nuestro Señor, luego que llegue el Mozo de carrera, saldrá de su Palacio con su comitiva acostumbrada, aumentada con los dos Gentiles-hombres más antiguos de su Cámara.
Dada la orden por S. M., y puesta la guarnición sobre las armas, el Corregidor aguardará, en la forma de estilo, en la jurisdicción de Madrid o a una legua, y arengará a Su Majestad la Reina Nuestra Señora. El Rey Nuestro Señor, luego que llegue el Mozo de carrera, saldrá de su Palacio con su comitiva acostumbrada, aumentada con los dos Gentiles-hombres más antiguos de su Cámara, y pasando por la carrera, saldrá a media legua a esperar a su Augusta Esposa, y S. M., después de los primeros cumplidos, pasará a ocupar la carroza en que haya de verificar su entrada en la corte, juntamente con SS. AA. RR. las Serenísimas Señoras Infantas Doña María Francisca de Asís, Doña Luisa Carlota y S. A. R. la Señora Princesa de Beira, que habían venido ya acompañando a S. M. en el mismo coche desde el Real Sitio de Aranjuez. S. M. el Rey Nuestro Señor se colocará a caballo al estribo derecho, los Serenísimos Señores Infantes Don Carlos y Don Francisco, del mismo modo, al izquierdo, y continuarán con la partida de S. M., quedándose detrás la que traiga la Reina.
Luego que lleguen donde están los Guardias formados, saldrá parte del Escuadrón de vanguardia y los restantes se colocarán detrás del coche de S. M., no permitiendo que persona alguna a caballo se introduzca en el intermedio de las dos partidas más que la comitiva de S. M. Al llegar Sus Majestades a la cabeza de la guarnición, que será fuera de la Puerta de Atocha, se presentará el Capitán General a caballo con toda la Plana Mayor y Generales Agregados a la plaza de Madrid, que todos irán a caballo, con uniforme de gala, y continuarán agregados a la comitiva de Sus Majestades hasta Palacio. Llegado el cortejo a la Puerta de Atocha, por donde deben entrar SS. MM., estará el Ayuntamiento de Madrid a caballo; delante, los Ministros inferiores, de gala; después cuatro Maceros, con ropas de terciopelo carmesí con franjas de oro y las mazas; luego, por su antigüedad, el Procurador general, Escribanos de Ayuntamiento y Regidores, con sus uniformes de gran gala y sin botas; entre los dos últimos Regidores, el Corregidor, si llegase a tiempo, arengará a S. M., y en su defecto el Decano; detrás el Alguacil Mayor, Contadores y Receptores; concluida que sea la arenga del Ayuntamiento, se colocará en el mismo orden delante de los Guardias de Corps; al frente del Ayuntamiento se pondrán ocho o doce soldados de caballería para abrir la carrera, y en este orden continuarán por la Puerta de Atocha, Prado, calle de Alcalá, Puerta del Sol, calle Mayor, arco de Palacio. En la escalera de Palacio esperarán el Mayordomo Mayor, Sumiller, Grandes, Gentiles-hombres del Rey, Mayordomos de semana, Jefes y Ayudas de Cámara y Señoras de Tocador.
SS. MM. se apearán con tiempo suficiente para estar en la escalera a la llegada de la Reina, y el Rey Nuestro Señor, dando la mano a su Augusta Esposa y en unión con Sus Altezas los Serenísimos Señores Infantes e Infantas, pasando por las salas de Guardias, de Columnas, de Embajadores, conducirá a S. M. la Reina al cuarto de sus Augustos Padres. En seguida el Rey Nuestro Señor, acompañado de los Serenísimos Señores Infantes, se retirará al suyo, donde permanecerá hasta la hora de la ceremonia de los Reales Desposorios. Si lo riguroso de la estación no permitise que el Rey Nuestro Señor haga su entrada a caballo, se dirigirá, siempre al encuentro de su Augusta Esposa, en carruaje, y en el mismo regresará a Palacio con anticipación y por fuera de la carrera, para poder llegar a tiempo de recibir a S. M. la Reina Nuestra Señora.
La entrada de SS. MM. los Reyes de las Dos Sicilias se verificará en el mismo día 11 con la conveniente anticipación a la de la Reina Nuestra Señora. Se observará en este acto la misma etiqueta y ceremonial que queda manifestado, a excepción de que, habiendo salido ya el día antes el Rey Nuestro Señor al encuentro de Sus Majestades Sicilianas y hécholes su visita en el Real Sitio de Aranjuez en el día de la entrada, no saldrá a recibirlos fuera de las puertas de Madrid, y lo verificará sólo al pie de la escalera de su Real Palacio, en la forma que queda indicado, para desde allí conducirlos al cuarto que les está preparado. En uno de los balcones de Palacio se dispondrá lo conveniente a fin de que, con toda comodidad y decoro, puedan presenciar SS. MM. Sicilianas la entrada de su Augusta Hija la Reina Nuestra Señora.
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